Los seres humanos, en algún momento de nuestra existencia, tendemos a cuestionarnos, nos preguntamos ¿qué hacemos aquí? ¿qué es este lugar? ¿por qué estamos aquí?, a lo largo del desarrollo y la evolución que ha tenido la humanidad, el ser humano ha inventado distintas estrategias para aminorar la preocupación que estas cuestiones generan, incluso ha desarrollado ideas para darle una solución a ellas. Pero existe otra cuestión no tan frecuente, por el hecho de que parece estar resuelta y no genera la misma preocupación que las demás, esta es: ¿qué hay?
Para comenzar a responder a esta es válido y lógico comenzar mencionando lo que al ser humano le es visible y por tanto obvio, los elementos materiales y la naturaleza, unos de ellos los hemos construido y otros son originarios (al igual que nosotros) del lugar en el que habitamos , pero más allá de lo visual, el ser humano no solo tiene la capacidad de crear elementos visibles a los ojos de sus congéneres, también es capaz de fabricar ideas, pensamientos, de desarrollar “la imaginación” (aquello que no divisan los demás pero que puede ver su autor, son elementos, acciones y pensamientos que muy probablemente no hay sido posibles en el entorno “real”)
Con respecto a las primeras preguntas planteadas uno de los recursos usados con más frecuencia es la creencia en las religiones, ya que estas, dentro de nuestra sociedad, tienen la función de solventar esas cuestiones trascendentales que el ser humano en algún momento de su vida se plantea. Próximos a las religiones se encuentran los pensadores, defensores de las distintas corrientes filosóficas que también tienen como objetivo sustentar teorías que respondan a las preguntas iniciales; unos de ellos, los dualistas, consideran que la conciencia forma parte de una realidad independiente a la material; por el contrario los monistas creen que la realidad es una sola sustancia y otros más, llamados idealistas, creen que los cambios de lo que ocurre en la realidad, aparecen en la mente de las personas y existen también los denominados materialistas que como su nombre lo indica, defienden que lo real es aquello visible a los ojos del ser humano.
Bajo mi consideración, el verbo haber guarda una íntima relación con lo físico, con aquello que podemos tocar al igual que ver, por esta primera premisa es muy probable que este planteamiento sea considerado “materialista”; sin embargo también pienso que al ser humano lo conforma todo lo crea y piensa, asimismo se debe tener en cuenta que no todo aquello que se piensa o se imagina, existe; por tanto mi conclusión es que hay todo aquello que se ve y se puede tocar pero que también puede llegar a haber lo que se piensa y aquello que se imagina.
Sara Díaz Rico