jueves, 7 de febrero de 2019
Mapa Mental en grupo- Metafísicas espiritualista y materialista
https://www.goconqr.com/es-ES/p/16543114-Metafisicas-materialistas-y-espiritualistas-mind_maps
Helena Perilla
Sara González
Manuela García
Sara Díaz
domingo, 3 de febrero de 2019
Yo, Dios, mundo.
El pronombre que me designa, el sustantivo que alude a todo lo existente y el desconocido todo poderoso.
Parece irrelevante el orden en el que se mencionan, sin embargo su posición no es casualidad. Mi primera premisa es “El ser humano y por tanto yo, hago parte de aquello que existe y aquello que existe proviene de Dios”. No requiere mucho esfuerzo descubrir mi posición frente al polémico dilema de la existencia y creencia en Dios, aquello que sí exige un gran esfuerzo es argumentar y explicar cómo llegué a este pensamiento y por qué lo defiendo.
Para comenzar, como el idioma y las costumbres, las creencias en primera medida surgen de la familia, su influencia en los primeros años de vida es innegable, más bien, nunca deja de estar presente a lo largo de la vida. En los primeros años su poder sobre el nuevo individuo es total, se ejerce un control sobre el bebé, el niño, el adolescente e incluso sobre el adulto, sin embargo el ser humano a medida que crece, desarrolla progresivamente su propia concepción de aquello que conoce, sabe, se le enseña, se le dice, se le inculca o se le transfiere; lo anterior quiere decir que el ser humano llega a un nivel de cuestionamiento en distintas etapas de su crecimiento, en donde duda sobre todo aquello que se supone que conoce y sobre lo que no también.
Si bien existen aspectos que no son cuestionados o quizá no generan disparidad dentro del ambiente familiar, como por ejemplo el hecho de aprender a caminar, también están presentes aquellos tópicos en los que se tiende a diferir, y esto está ligado a la edad del profundo cuestionamiento, en donde realmente comenzamos a definirnos como personas, entendiendo que nuestras creencias deben estar basadas en argumentos que demuestren veracidad, como por ejemplo la temática de esta disertación, la creencia en Dios.
Ya entrando en materia, tanto Dios como las distintas religiones, se han puesto en tela de juicio a lo largo de la historia debido a que grandes científicos y pensadores e incluso hombres del común, se han preguntado de dónde surge la vida, cuál es el comienzo de aquello conocido como “mundo”, los animales, las bacterias, las plantas y la naturaleza en general, de donde surge todo lo que se percibe…
El ser humano se ha visto en repetidas ocasiones en la posición de discernir y descifrar si existe aquel a quien se conoce como Dios, y como se ha comprobado, es prácticamente imposible demostrarlo porque como bien comprende la gnoseología, el conocimiento tiene límites y los argumentos por más racionales que sean tienen inconsistencias como la regresión infinita de una premisa, el razonamiento circular o un corte arbitrario en el razonamiento [1]. Así como sucede en situaciones teológicas sucede en las científicas, en ellas muchas veces se hace inalcanzable una explicación lógica para los fenómenos que se presentan.
Pese a lo anterior, considero que para creer en un Dios hace falta la experiencia de Él, y con esto me refiero a tener un vínculo o acercamiento por alguna circunstancia, como mencioné al comienzo, en su mayoría familiar pero también por conductos diferentes.
En general lo que se mantiene en el subconsciente colectivo es el pensamiento de que la creencia en Dios es un simple recurso para justificar la existencia, muchos de quienes defienden esta “teoría”, basan su tesis en argumentos científicos que indudablemente tienen validez, sin embargo en lo personal considero que la ciencia no descarta la posibilidad de que exista un Dios, de hecho muchos grandes científicos con sus descubrimientos han llegado a la conclusión de que la perfección de todo lo creado (el mundo) puede deberse a la existencia de un ser superior que lo organizó de ese modo.
Es realmente difícil encontrar argumentos que demuestren que lo que creo es cierto o que tiene validez, ya que no existen pruebas que demuestren la existencia del “ser creador”, lo único que es demostrable es que su existencia es posible como lo han declarado personas como Albert Einstein: “Dios se revela en la armonía de todo lo que existe”.
Como mencioné anteriormente, tanto en el campo científico como en el teológico hay lugar para las inconsistencias, hay lugar para la falta de explicaciones por la mínima magnitud del conocimiento, la ciencia aún tiene espacios abiertos que muchas veces son llenados por la religión y la creencia en Dios, sin embargo no por ello se justifica su existencia. También sucede de manera contraria; es aquí donde cabe citar de nuevo a Einstein: “La ciencia sin religión está coja y la religión sin ciencia está ciega”.
En definitiva y como es lógico imaginarse, la influencia de Dios sobre el mundo que en Él cree y sobre mi es innegable; de alguna manera es un punto de orientación para actuar en la sociedad de manera “correcta”, adicional a ello también es un ser al que constantemente se recurre en los momentos más difíciles, pero también en aquellos momentos positivos, al creer en Dios prácticamente las acciones del día a día giran entorno a actuar conforme a su modelo de ser humano, que pasó por la historia y marcó un antes y un después; este hecho algo puede esclarecer, así como cuando se hace una investigación periodística en la que se buscan pruebas, datos, testimonios y se recopilan documentos, la creencia en Dios, por parte de la religión católica, está basada en hechos históricos, con un documento que tiene testimonios de una gran cantidad de personas a través de los siglos, así como la transmisión de dicha creencia por tradicional oral. Se podría decir que creer en esta religión es como creer en la historia que se nos enseña en las escuelas, en la cual confiamos por que ha sido transmitida infinidad de veces y así llega a nuestros días, porque en algún momento alguien decidió plasmarlo en papel o difundirlo en su sociedad.
Finalmente como ser humano, como “yo”, creo firmemente en la existencia de un mundo creado y me considero parte de esa creación; tengo la noción de mundo como todo aquello existente que he percibido y podré percibir; como creyente en Dios, intento actuar conforme al modelo definido por Dios y la iglesia (aunque esta se haya equivocado a lo largo de la historia, pienso que a la iglesia la constituyen quienes actúan conforme a sus principios no quienes los agreden), ya que con suficiente uso de razón tomé la decisión de creer, luego de haber conocido esta creencia por mi familia, independientemente de ella hoy en día tengo la convicción y la certeza de que existe un Dios.
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