Aporofobia, rechazo al pobre. Un desafío para la democracia.
https://docs.google.com/presentation/d/1ZAmTJWS5fjxoT_h5xg0m3vesPXKW0AKB3vBjCb5pyac/edit?usp=sharing
domingo, 2 de junio de 2019
sábado, 1 de junio de 2019
viernes, 24 de mayo de 2019
sábado, 6 de abril de 2019
Ensayo sobre el veganismo
El veganismo… ¿Un imperativo ético?
Desde la prehistoria (cuando el ser humano apenas empezaba a adaptarse al entorno), la alimentación ha hecho parte de las actividades cotidianas, particularmente, una por la que los individuos deben luchar con otros seres de la naturaleza o factores de la misma con el fin de obtener el alimento necesario para sobrevivir. Debido a que la cuestión en ese entonces era de supervivencia, los humanos se encargaban de buscar animales que se encontraran en un buen estado físico y así poder alimentarse de ellos; la razón por la cual estos primeros seres humanos comían más animales que vegetales está ligada a la dificultad que representaba el hecho de comer semillas o frutos de plantas para la ingestión y masticación ya que estos poseían gran dureza, pese a ello, a la hora de alimentarse de carnes animales solían acompañarlas con alimentos vegetales, como brotes, raíces, frutos y hojas [1], que no representaban un obstáculo para su ingestión y complementaban su nutrición, dándole un buen balance.
Actualmente se ha puesto en cuestión la alimentación a base de carne animal y se ha empezado a promover con mayor fervor la práctica del veganismo que defiende el hábito de mantener una dieta (y una vida) en la que no se presente ningún alimento (u otro elemento) de origen animal. Este siglo se podría decir que ha traído muchas novedades a la cultura general del mundo, y una de ellas es la manera de actuar siguiendo los parámetros de lo realmente correcto pero asimismo de lo políticamente correcto, un punto de subsecuencia derivado de lo anterior, son las reflexiones que poco a poco se han ido planteando (no solo en este siglo) para poner en duda acciones, actitudes o costumbres comunes que se suponen apropiadas o correctas pero que luego del análisis profundo de sus objetivos, maneras de llevar a cabo o consecuencias, se entienden como equívocas e incluso perjudiciales. Pues el asunto que aquí será tratado y ha generado controversia además de abarcar el criterio de esta época, anteriormente mencionado, es: ¿Se debe tomar el veganismo como un imperativo ético? ¿Es necesario eliminar de nuestra dieta los alimentos que tienen origen animal para actuar de manera correcta? ¿Genera mayor bienestar a la naturaleza y a los ecosistemas ser vegano?...
Volviendo a la situación cronológica, si se piensa en el ser humano, este a lo largo del tiempo ha adquirido una posición de superioridad frente a todas las demás especies de la naturaleza, pero en particular frente a los seres de su misma clasificación biológica, es decir los animales; cuando se explica el origen de la palabra, se comprende que ella proviene del latín anima que significa aliento, alma, esta denominación en un principio estuvo fundamentada en la clasificación de los seres vivos según estos fueran organismos animados, dotados de aliento vital (o movimiento), con capacidad de experimentar dolor, miedo, alegría, y demás sentimientos o no lo fueran (en el primer caso el nombre del conjunto sería animales). Sin embargo hoy en día los rasgos para identificar a un animal se basan en otros criterios de carácter biológico tales como la pluricelularidad, la posesión de células eucariotas y la aplicación de medios heterótrofos para conseguir su alimento, entre otros. En lo anterior, entre el ser humano y los demás animales no existe distinción, no obstante, los lenguajes innatos con los que está equipada la especie humana, y los que con la evolución cultural se han incorporado, adicionado a la autoconciencia, la forma de inteligencia que nos caracteriza, la capacidad de manipular herramientas y crear elementos para nuestro beneficio, son algunas de las estrategias para la supervivencia que desbordaron la ventaja adaptativa inicial de los seres humanos, se dice que esta se ha mantenido y por eso como especie humana, seguimos designándonos como el orden superior dentro de la escala de la naturaleza.
Siguiendo en la línea anterior, de la defensa del ser humano como ser superior en la naturaleza, con capacidad de controlarla, hemos desarrollado una mentalidad de dominio y preeminencia sobre todo lo que nos rodea, esto ha conducido a que se actúe pensando únicamente (en gran parte de las ocasiones) en el interés y beneficio del ser humano e incluso no en beneficio de estos en general, sino en el de unos cuantos particulares (por la ganancia económica que adquieran al realizar una de estas acciones egoístas debido a la influencia capitalista en el mundo de hoy). El “ser racional” poco a poco ha ido evolucionando en el pensamiento, partió del código de conductas morales: 1) ayudar a la familia, 2) ayudar a las distintas comunidades, 3) devolver favores, 4) ser valiente, 5) respetar a los mayores, 6) distribuir de manera justa los recursos, 7) respetar las propiedades de los demás [2], pero con el paso del tiempo, ha dejado de practicarlo, el poder del capitalismo, y el consumismo al que este conlleva, nos ha hecho inconscientes de las consecuencias que un “simple” acto puede implicar, la repercusión que este puede tener en la naturaleza, en nosotros mismos y en este caso particular en los animales.
El capitalismo como sistema económico predilecto en la sociedad, actúa como guía y orientador de las conductas y comportamientos que los individuos deben seguir para obtener un beneficio, una retribución o adquirir riqueza, ya que en este sistema el capital es la relación social básica de la producción. Con el tiempo lo anterior se ha traducido en el comportamiento humano a que no importan los medios a través de los cuales se llegue a un fin si el resultado genera beneficios. Ya orientado el eje del ensayo, lo que esto significa, es que a la mayoría de personas por el interés colectivo que se ha generado en el dinero y en la adquisición de bienes, ya no se preocupan de los medios que se practican por ejemplo en las granjas industriales para tratar los animales y la carne que de ellos se consume, sino que solo se dedican a comprar estos productos y otros a producirlos sin importar de qué manera al solo buscar una remuneración por brindar el alimento que ellos mismos y otros comerán.
Es por la manera de proceder anterior, que muchas personas se han levantado en contra de estas conductas y han generado el movimiento vegano, que no solo es un hábito alimenticio, sino como ellos defienden “una filosofía de vida” o “un comportamiento ético” que no tolera el maltrato animal que se ejecuta en muchos de los lugares en los que se trabaja para producir la carne dirigida al consumo del ser humano, ni tampoco la precariedad de condiciones en las que los mantienen. Sin embargo cabe resaltar que la insuficiencia y el impacto negativo de los tratamientos para la alimentación no está presente sólo en los establecimientos de procesos animales sino también en los de procesos vegetales; el reconocido naturalista argentino, Claudio Bertonatti explica que una característica inherente a la supervivencia de una especie animal, es el impacto sobre otra especie, así, la práctica del veganismo, tiene también una repercusión negativa en los animales, claro está, de una manera indirecta debido a que la plantación de cultivos vegetales tarde o temprano resulta afectando los distintos organismos animales por los productos que se utilizan para tratar estos cultivos; la ecología comprende que “no hay especie animal que no mate o no coma mediante la muerte de otros animales, directa o indirectamente”, y que “no existe el desarrollo humano con impacto ambiental cero” (El veganismo también mata a los animales, Semana) [3].
Así se comprende que el veganismo no se debería tomar como un imperativo ético puesto que esta filosofía aunque indirectamente, genera daños en el resto del conjunto animal no humano e incluso provoca la muerte de ellos. De hecho es una contradicción y asimismo una falta moral el defender una causa que contiene dentro de sí las consecuencias que presume aborrecer.
La problemática que gira en torno al consumo de carnes animales no humanas está dada más que todo en el contexto del maltrato ejercido por el mismo ser humano hacia estos, la solución que el veganismo propone, es dejar de adquirir y consumir alimentos de esta procedencia, para contrarrestar el impacto negativo, sin embargo las personas que siguen esta “ideología” representan dentro de la población mundial menos de la mitad y aunque poco a poco van aumentando en cuantía, aún su hábito no logra disminuir de forma considerable el gran daño al que se ven sometidos los animales. Existe otra intromisión del capitalismo en esta “ética”, y es clara al verificar que los alimentos de origen vegetal destinados casi exclusivamente para veganos, tienen un coste más elevado del que es común, la conexión que existe con este sistema económico, es de nuevo la preponderancia del dinero por encima de todo lo demás, el capitalismo se vale de filosofías de vida como esta y las utiliza a su favor, extrayendo siempre ventajas de los productos “especiales” como los que deben adquirir aquellos que defienden y practican el veganismo.
Para empeorar el campo general de visión, también es necesario hacer hincapié en que los veganos no se equivocan al pensar que en muchas zonas de producción y tratamiento de alimentos de procedencia animal (granjas industriales), los animales son maltratados y mantenidos hacinados en condiciones realmente atroces; por ejemplo “Las vacas, terneros, cerdos, gallinas, pavos, patos, gansos, conejos y otros animales son puestos en pequeñas jaulas o compartimentos muchas veces sin posibilidad de darse vuelta. Se los priva del ejercicio para que todas las energías del cuerpo conduzcan a producir carne, huevos o leche para el consumo humano. Se los alimenta con hormonas de crecimiento para engordarlos más rápidamente, se les mantiene vivos con grandes cantidades de drogas y antibióticos y se los altera genéticamente para que crezcan más grandes o para que produzcan más leche o huevos que lo que la naturaleza originalmente propone” [4], todo lo anterior es realizado con el objetivo de sacar el mayor provecho posible de los animales, es decir, producir mayor cantidad de leche, carne, huevos, y demás, pero añadiendo también la rapidez y bajo coste por los medios en los que se realiza todo el procedimiento.
La alarmante situación solo deja claro que de cualquier modo el animal sufre un daño incalculable, que tanto el veganismo como el comer “normal” están guiados por patrones capitalistas que generan un gran impacto en la naturaleza y especialmente en los animales, sin embargo el proceso que lo afecta en mayor magnitud y directamente, es el proceso de tratamiento animal, sobrepasando por mucho la afección que genera el proceso de tratamiento vegetal, en esta medida, cabe defender que entre opciones perjudiciales, optar por el veganismo resulta menos pernicioso. No obstante, hay una opción aún no contemplada o bien poco divulgada.
Ahora bien, el juicio que realizan los veganos frente a la actitud de alimentarse a base de animales, es un juicio al comportamiento humano, en el que critican como el ser humano ha ido perdiendo la noción del respeto que antes permanecía inquebrantable dentro de las pautas del código moral, hoy en día, uno de los elementos que hacía al ser humano un ser de predominio, está más presente en los propios animales que en la especie humana, además reprueban la ignorancia de muchos que adquieren sus alimentos y desconocen la fuente de la que provienen, asimismo rechazan el egoísmo de aquellos que actúan en favor de su propio beneficio (económico) en vez de conciliar con el entorno y beneficiar a la mayoría, siguiendo por la misma línea, su planteamiento general está ligado a la defensa del no maltrato animal razón por la cual no consumen productos animales (ni alimentos y prendas de vestir, ni nada que tenga origen animal). En su juicio también introducen con inteligencia, leves rasgos positivos que destacan para vender la propuesta vegana.
A pesar de los fundamentos y argumentos del movimiento del vegano, no se puede olvidar que está científicamente comprobado que la presencia de la carne en la dieta del ser humano a lo largo de su vida es absolutamente necesaria; Benjamín Ramírez Forero, nutriólogo de la Pontificia Universidad Javeriana, Master Internacional en Nutrición y Dietética de la Universidad de León en España y estudiante de PhD en Bioquímica y Nutrición en la Facultad de Ciencias e Ingeniería de la Atlantic International University, afirmó que : “el cárnico proveniente de vacuno contiene una serie de aminoácidos esenciales como son las proteínas que están ligadas al músculo esquelético del animal, las cuales están presentes solamente en ese tipo de carne”. Además, “sustancias como la creatina o las células satélite, provienen del bovino y cumplen una función proteica y transmiten nitrógeno, lo que permite que se ejecuten procesos bioquímicamente muy importantes para el mantenimiento del músculo esquelético propio del humano, además de reservar hierro, por lo que la no presencia de este alimento genera alteraciones en el desarrollo normal del cuerpo”. Finalmente el especialista afirma que: “Muchos nutricionistas o personas que se dedican a la nutrición en el país dicen que es exactamente igual consumir arroz con fríjoles o una porción de carne, pero no es lo mismo. Obviamente, el frijol tiene proteínas y si se complementa con un arroz, va haber una cantidad similar de aminoácidos, pero no son las mismas estructuras bioquímicamente y nunca van a ser las mismas biomoléculas. El cárnico no tiene comparación, no hay un alimento similar en cuanto a su carga proteica, de vitaminas y minerales, por eso es tan importante en todos los procesos de crecimiento y desarrollo”. [5]
Como consecuencia de todo lo dicho, es evidente que existen fundamentos para hacerse vegano, sin embargo, como mencioné anteriormente, existe una alternativa aún no propuesta o poco divulgada que es en la que creo como opción más viable. Viendo que la carne animal es necesaria para el buen desarrollo (en su componente proteico) de todas las etapas del ser humano; de la misma manera, descubriendo la crudeza de la realidad que tienen que vivir los animales en las granjas industriales; además comprendiendo que la producción de vegetales consumidos tanto por individuos omnívoros como veganos, también es perjudicial para la salud de los animales; y finalmente de manera análoga, advertidos del irracional proceder humano guiado por la sistematicidad del capitalismo, el egocentrismo y la falta de código moral a la que conlleva, puedo concluir que no hace falta ser vegano para cambiar la atroz situación en la que actualmente permanecen los animales criados para el consumo, considero que hace falta la educación en conciencia social para que seamos personas inflexibles y rigurosas a la hora de adquirir nuestro alimento, cerciorarnos de que lo que consumimos pasó por un proceso sano y se mantuvo en dignas condiciones (en las naturales que son en las que todo animal debería permanecer mientras es criado), conocer el lugar en que habitaban estos animales durante el procedimiento y demás acciones que sean necesarias para comprobar que el animal no sufrió y que el alimento no está cargado con medicinas o componentes químicos (que pudo haberle dado el criador para sacar provecho de él); de esta manera contribuiremos a la exigencia de que las zonas donde se crían animales y se procesa su carne, cumplan con los reglamentos necesarios para que no exista maltrato ni interferencia con la naturaleza de la carne de cada animal; pero no sólo en las granjas industriales o comunes criaderos de animales, sino también en los lugares de cultivo vegetal. Además, también se debe generar conciencia sobre las actitudes negativas implantadas por el sistema económico predilecto en la sociedad, para no seguir estas conductas, tener un criterio bien formado y actuar de forma que nuestras acciones no perjudiquen al entorno y mucho menos a los animales.
Bibliografía
[2] Asesoría del profesor (en clase)
-Sara Díaz
jueves, 21 de marzo de 2019
Artículo De negar “la violencia del machismo” a negar “el machismo de la violencia”
El machismo no debe seguir siendo cultura
En el artículo De negar “la violencia del machismo” a negar “el machismo de la violencia”, publicado el 10 de septiembre del 2018, se hace un llamado de atención acerca de los distintos comportamientos, que se han presentado en los últimos años dentro de las sociedades en general, adoptados frente a una situación, que a lo largo de la historia ha vivido la mujer y hoy en día aunque en menor medida, sigue viviendo.
Para comenzar, se pone sobre la mesa el impedimento que genera el machismo del avance de la igualdad y la manera en la que muchos practicantes de esta ideología y forma de actuar, con sus argumentos vacíos opacan la crudeza y realidad de asuntos de inmensa gravedad como los homicidios de mujeres, poniendo como pretexto que los hombres que ejecutan dichos asesinatos solo se pueden clasificar como trastornados mentales o personas bajo efectos del alcohol o de estupefacientes. El resultado de lo anterior no es otro más que el desligamiento de las situaciones de violencia con el machismo, que es su autor.
Es ridículo concebir que los hombres que practican dicha violencia son trastornados, hablando en términos generales, debido a que el grueso de sus integrantes son personas del común que muy seguramente comenzaron con leves comentarios humillantes o despreciativos hacia su pareja, familiar, compañera de trabajo o mujer cercana (incluso desconocida). Muchos hombres hacen parecer este tipo de casos que se presentan día a día, como casos aislados o sumamente particulares cuando la agresión llega por ejemplo a la muerte, haciendo de esta forma que no se llegue al orígen, a la raíz del problema que esas situaciones representan, que claramente es el machismo de las culturas antiguas, el cual se ha trasladado a la modernidad y aún no se supera.
Diariamente todas las personas actuamos de manera machista o hacemos comentarios que indican este comportamiento, inclusive las mismas mujeres, sin embargo quiénes representan en una medida exorbitante ese modelo de actitud son los hombres, al ejercer la discriminación a la mujer, al ser esta quien posee la sobrerrepresentación en el desempleo, la pobreza, el analfabetismo, la precariedad de trabajo, la brecha salarial, el acoso, la agresión sexual, la violencia dentro de las relaciones de pareja, los homicidios y demás sucesos en los que casi exclusivamente se ve afectada la mujer.
La reflexión más notable que hace el/la columnista es la que lleva a la deducción de que el machismo y sus defensores se valen de argumentos falaces relacionados con comportamientos como el racismo o la xenofobia, al igual que de su discurso cuantitativo de que son una minoría aquellos que cometen feminicidios o graves agresiones, además de plantear sus conductas violentas, insultantes y humillantes como casos particulares (narcisistas, dependientes, impulsivos…) incompatibles con la definición, que contribuyen a la confusión y desvían totalmente la atención, además estos mismos son quienes no comprenden los objetivos de crecimiento en la igualdad que propone el movimiento feminista.
En contra de lo que creen los practicantes, el machismo brinda el punto de partida, el patrón general para que ciertos comportamientos se lleven a cabo, y posteriormente cada hombre actúa con base en esta actitud, aplicando sus características particulares, adicionalmente es necesario aclarar que el machismo no es solo una conducta, un comportamiento que ejerce una persona; ya desde hace mucho tiempo se consolidó como parte de la cultura social, creando ideas erróneas en el subconsciente colectivo, implantando valores equívocos y discriminatorios, estereotipando el papel y el comportamiento tanto de hombres como de mujeres dentro de una sociedad para luego llamarle a esta ideología, y a los agravios cometidos por la misma, “la normalidad”.
Como bien se menciona en el artículo, debemos dejar de hacer parte de aquellos que contemplan la realidad y comenzar a hacer parte de ella, actuando en consecuencia. Como mujer considero que es necesario educar a los hombres desde nuestro papel en la sociedad (hija, madre, estudiante, profesional…) en los valores de la igualdad, ayudarles a comprender que movimientos como el feminismo no intentan vulnerarlos, ni disminuir sus méritos, mucho menos atacarlos; acompañarlos en el descubrimiento de la equidad, comenzando desde nuestros ámbitos cotidianos, con actitudes tan simples como el buen trato, el respeto por igual a todos, el evitar usar expresiones insultantes o con humor machista para empezar a corregirnos desde lo más básico y así ir avanzando cada vez a niveles más profundos y complejos, asimismo, nosotras como mujeres, debemos empezar a fijarnos un poco más en la concordancia entre nuestros actos y nuestras palabras, porque si hablando se transmite, actuando se educa, con el ejemplo.
sábado, 9 de marzo de 2019
Sistematicidad en los asesinatos de líderes sociales
¿Cómo explicar la sistematicidad en los asesinatos de líderes sociales?
A lo largo de la historia, muchos países del mundo y en mayor medida los de latinoamérica, han padecido grandes momentos de depresión, en los cuales sus sociedades estuvieron opacadas y no se les veía rumbo alguno, estas épocas de declive y abatimiento fueron generadas en muchas ocasiones por conflictos internos en dichos países, debido a la falta de entendimiento entre en el pueblo o de este con los mandatarios, incluso con los modos de ejecutar las decisiones de estado, cuando estos ejercían formas de poder dominantes e impetuosas y asimismo absolutamente arbitrarias respecto a las normas generales que se suponían establecidas. Como consecuencia de lo anterior, se comenzó a dar una situación indignante y antes impensable, que hoy en día parece ser que no hemos superado, esta es el asesinato de líderes sociales”. Estos perjudicados han sido desde siempre personas que han sabido defender su opinión y recoger en ella el conjunto de un pensamiento colectivo, así como también han sabido trabajar por conseguir los objetivos ligados a su planteamiento, estas son las personas que tienen el coraje de reclamar aquello que nos corresponde y no estamos recibiendo, o por el contrario, denunciar aquellos actos que no se deberían cometer, son ellos quienes propagan la voz de la inconformidad solicitando la justicia.
Latinoamérica ha derramado mucha sangre inocente a causa de personas intolerantes, caprichosas, impulsivas y déspotas, incluso ignorantes. Mandatarios autoritarios y sin límites como Pinochet, Videla, Ríos Montt, y sin ir más lejos, Nicolás Maduro, son personajes que han oprimido la voz de sus pueblos, pero el autoritarismo no es la única causa, el pueblo también asesina al pueblo por que es intolerante y es ahí donde está la raíz.
En el caso particular de Colombia, recientemente se ha vivido un proceso transicional para la paz desde el gobierno de Juan Manuel Santos, en el que se inició dicho ejercicio; para llegar a la firma de la paz se atravesaron una infinidad de obstáculos que aún no terminan, a lo largo de este periodo en busca de la paz, se ha hecho visible la falta de uniformidad en el pensamiento social para discernir la reinserción en la sociedad de los grupos al margen de la ley, las garantías para las víctimas y los victimarios y demás tópicos tratados en documentos oficiales, como el que se sometió a votación al determinarse como plebiscito; pero la generalidad de actos no solo denotaron falta de uniformidad, sino una gran intolerancia ante los pensamientos no coincidentes.
Desde la difícil temporada del conflicto, los líderes sociales eran asesinados, eran los grupos al margen de la ley o los carteles de narcotráfico, quienes los usaban como herramienta para extorsionar y exigir bienes o garantías, muchas veces simplemente por intentar hacer cambiar de opinión a los cabecillas de estas organizaciones, eran asesinados, el hecho de pensar diferente y decirlo los hacía sus enemigos. Hoy, el periódico Semana, habiendo pasado ya tiempo desde la firma de la paz y la subida al gobierno de Iván Duque, se tienen estadísticas y datos que reflejan que los autores materiales e intelectuales de la gran cantidad de asesinatos a líderes sociales en este momento, ya no son únicamente de grupos al margen de la ley, (ni estos carteles expendedores de estupefacientes), de hecho estos representan “la minoría” (los disidentes de las FARC, con 19 casos y el ejército de liberación nacional, con 8 casos), ahora la mayoría de casos (que tienen supuesto autor) están presuntamente atribuidos a “militantes” paramilitares (44 casos), también se han hecho 14 presuntas asignaciones del cargo por asesinato por parte de fuerza pública (11 casos del ejercito y 3 de la policía) además de un grupo armado no identificado al que se le adjudican 35 casos; sin embargo la cifra más alarmante es la de los casos sin autor identificado (presuntamente), estos son 118 casos.
El artículo hace un reflexión con respecto a la frecuencia con que estos trágicos hechos han sucedido recientemente; la anterior apreciación busca incidir en el origen de estos sucesos en la historia. Ya teniendo los antecedentes claros, el redactor(a) del artículo parte de los testimonios brindados por algunos personajes íntimamente ligados con el proceso de paz y las investigaciones acerca de la alarmante cifra de decesos que se ha trazado en un informe (realizado por el programa Somos Defensores, el Cinep, la Universidad Nacional de Colombia, la Comisión Colombiana de Juristas y el portal Verdad Abierta). Un representante de ello es el fiscal general de la nación Néstor Humberto Martínez, quien afirma que lo correcto es referirse a la sistematicidad de estos acontecimientos como una sistematicidad pasiva, debido a que no se encuentran implicados los agentes del estado, pese a lo anterior el delegado de la comisión colombiana de juristas, Camilo Bonilla, quien también investiga para el informe, afirma que con la continuidad y reiteración de estos eventos, se puede deducir una sistematicidad, además augura que “la omisión por parte del Estado también puede indicar sistematicidad” -en este caso activa- (Semana - INFORME | 2/5/2019 1:03:00 PM - ¿Cómo explicar la sistematicidad en los asesinatos de líderes sociales?). Otro aspecto que advierte sistematicidad en la planeación es la muestra estadística de que el 44% de estos asesinatos se presentaron en los hogares de las víctimas y adicional a ello, también es visible una afección específica de defunciones en una zona geográfica determinada del país.
La información precedente lo único que sugiere es que estos actos en contra del derecho a la vida y a la libertad de expresión sí siguen un patrón de sistematicidad, a pesar de que no exista una coincidencia en la acusación a presuntos autores materiales e intelectuales, puede darse el caso de que exista un objetivo común entre “organizaciones” que siempre ha solido ser el opacar la voz de los valientes que reclaman lo justo, y por ello comparten tales acciones, sin embargo esto no tiene porque implicar que los ideales de los agresores sean comunes. Para el estado y el sistema judicial aún es difícil ahondar en su conocimiento acerca de la situación debido a que muchas de las víctimas no manejan muchas temáticas, y sin un desglose de pruebas contundentes el proceso se torna más complejo, largo e incluso más injusto de lo que puede ser normalmente.
Uno de los medios que que puede ser utilizado para descifrar al autor de cada crimen, es rastrear el origen del casquillo y el proyectil cuando se logra obtener el arma homicida, así se llega a fábricas productoras por las cuales se podría descifrar la identidad de los victimarios, no obstante, a la gente del común le incordia y considera inauditas las inconsistencias que se han presentado en el proceso, y la permisión de estos devastadores hechos por lo que han salido a protestar. La lenidad del proceso ha sido tal, que se ha presentado el caso de que las cifras de asesinatos de ciertos municipios no concuerdan con las presentadas por medicina legal, se dice que esto puede tener explicación sin embargo no deja de aumentar la inconformidad.
El informe también plantea una preocupación por la ausencia de una voluntad decidida en el estado para desmontar las estructuras paramilitares (que han sido protagonistas de los asesinatos), y de alguna manera, denuncia la falta de eficacia de este mismo para que dejen de ocurrir estos homicidios; con ello, los redactores del informe sobre el acontecimiento de los líderes, buscan llamar la atención del gobierno para que este tome medidas y actúe ante él como un hecho que le compete directamente.
Yo como ciudadana, considero de suma importancia agilizar tanto los procesos judiciales como los de investigación previa en todas las zonas de la nación; el estado y el poder judicial se deben encargar de garantizar un funcionamiento igualitario de las formas de justicia en todos los sectores del país, debido a que actualmente no existe igualdad en el funcionamiento de las zonas periféricas con respecto a las centrales, no pretendo desmeritar las modernas reformas que se han hecho para estos procesos, sin embargo aún necesitan bastante trabajo. Asimismo me parece pertinente que los líderes estatales reconozcan todos los casos de violencia como lo que son, actualmente su falta de reconocimiento solo desvía la atención y desliga algunos casos que sí pertenecen al conjunto de los asesinatos de los líderes sociales. Ahora, como una pieza más del rompecabezas del pueblo colombiano, considero que debemos actuar con respeto y educar en la tolerancia, una sociedad ignorante es más propensa al conflicto, es necesario presionar para que los asesinatos que han ocurrido hasta el día de hoy no queden impunes, y para que los agentes corruptos no ralenticen los procesos, como dice residente en su canción el aguante “castigamos al humilde y aguantamos al cruel”, eso es justo lo que no debemos permitir.
Sara Díaz
jueves, 7 de febrero de 2019
Mapa Mental en grupo- Metafísicas espiritualista y materialista
https://www.goconqr.com/es-ES/p/16543114-Metafisicas-materialistas-y-espiritualistas-mind_maps
Helena Perilla
Sara González
Manuela García
Sara Díaz
domingo, 3 de febrero de 2019
Yo, Dios, mundo.
El pronombre que me designa, el sustantivo que alude a todo lo existente y el desconocido todo poderoso.
Parece irrelevante el orden en el que se mencionan, sin embargo su posición no es casualidad. Mi primera premisa es “El ser humano y por tanto yo, hago parte de aquello que existe y aquello que existe proviene de Dios”. No requiere mucho esfuerzo descubrir mi posición frente al polémico dilema de la existencia y creencia en Dios, aquello que sí exige un gran esfuerzo es argumentar y explicar cómo llegué a este pensamiento y por qué lo defiendo.
Para comenzar, como el idioma y las costumbres, las creencias en primera medida surgen de la familia, su influencia en los primeros años de vida es innegable, más bien, nunca deja de estar presente a lo largo de la vida. En los primeros años su poder sobre el nuevo individuo es total, se ejerce un control sobre el bebé, el niño, el adolescente e incluso sobre el adulto, sin embargo el ser humano a medida que crece, desarrolla progresivamente su propia concepción de aquello que conoce, sabe, se le enseña, se le dice, se le inculca o se le transfiere; lo anterior quiere decir que el ser humano llega a un nivel de cuestionamiento en distintas etapas de su crecimiento, en donde duda sobre todo aquello que se supone que conoce y sobre lo que no también.
Si bien existen aspectos que no son cuestionados o quizá no generan disparidad dentro del ambiente familiar, como por ejemplo el hecho de aprender a caminar, también están presentes aquellos tópicos en los que se tiende a diferir, y esto está ligado a la edad del profundo cuestionamiento, en donde realmente comenzamos a definirnos como personas, entendiendo que nuestras creencias deben estar basadas en argumentos que demuestren veracidad, como por ejemplo la temática de esta disertación, la creencia en Dios.
Ya entrando en materia, tanto Dios como las distintas religiones, se han puesto en tela de juicio a lo largo de la historia debido a que grandes científicos y pensadores e incluso hombres del común, se han preguntado de dónde surge la vida, cuál es el comienzo de aquello conocido como “mundo”, los animales, las bacterias, las plantas y la naturaleza en general, de donde surge todo lo que se percibe…
El ser humano se ha visto en repetidas ocasiones en la posición de discernir y descifrar si existe aquel a quien se conoce como Dios, y como se ha comprobado, es prácticamente imposible demostrarlo porque como bien comprende la gnoseología, el conocimiento tiene límites y los argumentos por más racionales que sean tienen inconsistencias como la regresión infinita de una premisa, el razonamiento circular o un corte arbitrario en el razonamiento [1]. Así como sucede en situaciones teológicas sucede en las científicas, en ellas muchas veces se hace inalcanzable una explicación lógica para los fenómenos que se presentan.
Pese a lo anterior, considero que para creer en un Dios hace falta la experiencia de Él, y con esto me refiero a tener un vínculo o acercamiento por alguna circunstancia, como mencioné al comienzo, en su mayoría familiar pero también por conductos diferentes.
En general lo que se mantiene en el subconsciente colectivo es el pensamiento de que la creencia en Dios es un simple recurso para justificar la existencia, muchos de quienes defienden esta “teoría”, basan su tesis en argumentos científicos que indudablemente tienen validez, sin embargo en lo personal considero que la ciencia no descarta la posibilidad de que exista un Dios, de hecho muchos grandes científicos con sus descubrimientos han llegado a la conclusión de que la perfección de todo lo creado (el mundo) puede deberse a la existencia de un ser superior que lo organizó de ese modo.
Es realmente difícil encontrar argumentos que demuestren que lo que creo es cierto o que tiene validez, ya que no existen pruebas que demuestren la existencia del “ser creador”, lo único que es demostrable es que su existencia es posible como lo han declarado personas como Albert Einstein: “Dios se revela en la armonía de todo lo que existe”.
Como mencioné anteriormente, tanto en el campo científico como en el teológico hay lugar para las inconsistencias, hay lugar para la falta de explicaciones por la mínima magnitud del conocimiento, la ciencia aún tiene espacios abiertos que muchas veces son llenados por la religión y la creencia en Dios, sin embargo no por ello se justifica su existencia. También sucede de manera contraria; es aquí donde cabe citar de nuevo a Einstein: “La ciencia sin religión está coja y la religión sin ciencia está ciega”.
En definitiva y como es lógico imaginarse, la influencia de Dios sobre el mundo que en Él cree y sobre mi es innegable; de alguna manera es un punto de orientación para actuar en la sociedad de manera “correcta”, adicional a ello también es un ser al que constantemente se recurre en los momentos más difíciles, pero también en aquellos momentos positivos, al creer en Dios prácticamente las acciones del día a día giran entorno a actuar conforme a su modelo de ser humano, que pasó por la historia y marcó un antes y un después; este hecho algo puede esclarecer, así como cuando se hace una investigación periodística en la que se buscan pruebas, datos, testimonios y se recopilan documentos, la creencia en Dios, por parte de la religión católica, está basada en hechos históricos, con un documento que tiene testimonios de una gran cantidad de personas a través de los siglos, así como la transmisión de dicha creencia por tradicional oral. Se podría decir que creer en esta religión es como creer en la historia que se nos enseña en las escuelas, en la cual confiamos por que ha sido transmitida infinidad de veces y así llega a nuestros días, porque en algún momento alguien decidió plasmarlo en papel o difundirlo en su sociedad.
Finalmente como ser humano, como “yo”, creo firmemente en la existencia de un mundo creado y me considero parte de esa creación; tengo la noción de mundo como todo aquello existente que he percibido y podré percibir; como creyente en Dios, intento actuar conforme al modelo definido por Dios y la iglesia (aunque esta se haya equivocado a lo largo de la historia, pienso que a la iglesia la constituyen quienes actúan conforme a sus principios no quienes los agreden), ya que con suficiente uso de razón tomé la decisión de creer, luego de haber conocido esta creencia por mi familia, independientemente de ella hoy en día tengo la convicción y la certeza de que existe un Dios.
domingo, 20 de enero de 2019
martes, 15 de enero de 2019
jueves, 10 de enero de 2019
Debate entre Dawkins y Williams
“La naturaleza del ser humano y la cuestión de su origen”
En esta ocasión comentaré el gran debate que tuvo lugar en la Universidad de Oxford y fue llevado a cabo por Richard Dawkins (biólogo evolucionista, presuntamente ateo y divulgador científico) y Rowan Williams, Arzobispo de Canterbury (obispo, poeta y teólogo anglicano), además moderado por Anthony Kenny (filósofo agnóstico); en él se discute el origen del universo con la complejidad que respecta al asunto.
Como es de esperarse el argumento central de cada uno de los personajes gira en torno al desarrollo de ambos como profesionales, es decir, en el caso de Williams, su justificación está intrínsecamente ligada a la religión y a Dios como explicación a la pregunta central del debate, por el contrario, Dawkins se vale de las explicaciones científicamente comprobadas y de su conocimiento en biología para sustentar esta cuestión.
De manera muy respetuosa y con un trato de mucha altura, comenzó el debate con preguntas que el mediador ya tenía formuladas debido a que estas suelen ser recurrentes en la colectividad humana, así entonces entra en juego la primera premisa del debate, y esta es: la naturaleza del ser humano como ser individual, la cual el biólogo abarca citando una teoría física de la materia que según su posición y conocimiento respalda el origen del ser humano; es aquí donde empieza la discrepancia.
Más adelante el contexto del debate se torna metafísico por ambas partes al abarcar la comprensión, el sentido común y la toma de decisiones que son ámbitos que trabaja la conciencia, en esta altura, con mucha sutileza, el arzobispo muestra rasgos de la conocida metafísica espiritualista defendiendo que esa conciencia es otorgada por el universo así como la capacidad de comunicación, aunque llegado este momento omite a Dios, este está implícito en su postura; seguidamente es notorio también el tránsito de Dawkins hacia la defensa del materialismo y desde allí ambos se mantienen en su concepto correspondiente a lo largo de la discusión.
Posteriormente se menciona y debate sobre el alma, ellos continúan con su mantenida esencia defendiendo y refutando, hasta que se alcanza el último punto y el más importante o esperado por la audiencia y en general por el impaciente cuestionamiento del ser humano, en tal instancia el debate ya ha adquirido mayor solidez y Dawkins comenta que esta explicación está dada por la teoría de la selección natural de Darwin, sin embargo admite que aún es desconocido para la ciencia cómo se creó la primera molécula de vida, y aunque la teoría que menciona está comprobada, no es acertada su incorporación en este asunto puesto que no explica desde el surgimiento en sí, sino desde la suposición de que hubo un primer ser del que se desglosaron características que crearon a los demás, para la ciencia no existen datos que esclarezcan como emerge este primer ser. Por su parte Williams introduce con mucha fuerza a Dios proponiendo que la creación y surgimiento del hombre es producto del amor de Dios como está escrito en el génesis y de un poco de matemática; asimismo afirma que el ser humano es una creación de Dios hecha a su imagen y semejanza; entonces es allí donde éste también entra en un conflicto con la teoría de la selección natural porque si Dios crea al hombre a su imagen y semejanza no habría evolución tal y como se reconoce hoy en día.
Continúan y se vuelve a una situación anterior en la que el biólogo evolucionista cuestiona la necesidad de la explicación católica de la creación del universo y por consiguiente a la procedencia natural del ser humano, es decir al génesis, argumentando que con la amplitud de recursos y conocimientos científicos actuales sobra creer en esa clase de documentos, acto seguido el arzobispo defiende que el génesis es un documento que funciona como crítico del pecado en el mundo, alentador de los valores y como una versión trascendental que pudieron dar las personas de la época ante la necesidad de la interpretación.
En general es evidente la postura que tiene cada uno de los invitados a participar en este debate, claramente la amplitud de él es mucho mayor de lo que aquí se puede ver sin embargo en síntesis ambos concluyen que la dificultad del asunto supera la capacidad que se tiene de explicación y coinciden en la descomunal belleza de la creación, independientemente de su emergencia.
En lo personal considero que la preocupación del ser humano hacia el origen del universo y del ser mismo sobrepasa los límites de la ciencia y la explicación religiosa, sin embargo considero que ambas creencias son respetables y que no se tienen porque impugnar la una a la otra o ser incorrectas, finalmente concluyo que fue un debate muy complejo, que a pesar de los argumentos deja sin concretar una respuesta y que cada quien con el razonamiento y soporte intelectual tiene como debatir al respecto.
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